viernes, 19 de junio de 2009

Obispos y Diputados

La reciente petición de la Conferencia Episcopal a los profesionales de la medicina española, relativa a la aplicación de la objeción de Conciencia y la amenaza de excomunión a quienes practiquen abortos, asi como la injerencia en la vida política del Congreso al indicar a los diputados católicos que su voto debe situarse frente a la ley del aborto (bajo amenza de excomunión) vuelven a traer a la palestra la perversión de la democracia que nos gobierna.

Sin duda (por ser nuestras elecciones de los representantes políticos bajo el formato de listas cerradas), los únicos criterios razonables para emitir nuestro voto se basan en los programas electorales de las diferentes fuerzas políticas que concurren a las elecciones legislativas.

Por lo tanto, los diputados son representantes electos por la ciudadanía para defender en el Congreso de la nación los programas electorales de las formaciones políticas, y no para actuar según su particular creencia en una u otra religión. Desde luego, sería un fraude que mi/nuestro representante político votase en contra de una propuesta del programa electoral en función de su pertenencia a una religión, secta u lo que fuere.

Respeto a todos los creyentes sea cual sea su dios, pero creo que las creencias religiosas deben limitarse a la esfera de lo privado. Si la Iglesia Católica quiere impartir doctrina, que lo haga en el ámbito de su organización; esto es, a través de las catequesis parroquiales, los oficios religiosos, las sacristias, conventos, abadías y un largo etecétera de organismos, fundaciones y órdenes religiosas, tal y como exigimos a los budistas, islamistas, judios, evangelistas, protestantes, etc.

Si la iglesia desea convertir sus principios morales en leyes, que forme un partido político y participe en las elecciones. Pero mientras la Constitución Española nada diga sobre la obligada imposición de los principios morales católicos sobre las leyes emanadas de la sobrenía popular, deben respetarse las leyes aprobadas en el Congreso, y la Iglesia Católica debería abstenerse de amenazar a nuestros representante políticos con temas tan "sui Géneris" como la excomunión.

2 comentarios:

  1. La Iglesia, primero debería barrer su casa antes de barrer las de los demás. Tienen bastantes cadáveres en el armario como para dar lecciones a nadie, y menos de ética y moral

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  2. Por Cristo !! (nunca mellor dito), non lles deas ideas. Primeiro que revisen os seus propios membros, que ai bastante que rascar, dende negarlle a comunión a unha nena por ter S.Dawn,que o condón non protexe do sida, que é peor abortar que abusar dos nenos... menudos enxendros. Digo o mesmo que ATalaya, ¡menudos eles para dar exemplo de ética!

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